Mis
Primeros pasos y más significativos recuerdos escolares.
Mi ingreso a la primaria fue en el año
2007, recuerdo mi mama levantándome para ir a la escuela: la cual me quedaba a
13 km de mi casa. Mis expectativas y temores eran varios ya que mis compañeros
y maestra de primer grado iban a ser nuevos. Al ingresar en la escuela 43°
“Reino de España” (ubicada en la Av. Roque Pérez y calle Ayacucho) y ver el
patio repleto de niños, mi miedo aumentaba lo único que me confortaba era la
compañía de mi hermano y la de mi mamá, ese día sentí que mis juegos, mañas,
van a quedar atrás y que comenzaba una nueva etapa en mi vida.
Después de formar fila y presenciar el
acto escolar ingresamos al grado, donde estaba llenos de niños, y un cartel muy
bonito con la palabra (Bienvenidos). Mi maestra se llamaba “Susana”. Al
transcurrir el ciclo escolar la compañía de mi maestra y la amistad de mis
compañeros lograron quitarme el miedo; de esta manera mi primer grado finaliza,
pero con recuerdos bonitos y momentos compartidos con mis compañeros.
Al
año siguiente comenzaba el segundo ciclo, de mi maestra solo recuerdo su
amabilidad. Al terminar el ciclo, mi curiosidad por comenzar el tercer grado se
aumentaba ya que el salón estaba en el piso de arriba y tenía un patio más
amplio.
El
cuarto grado fue muy emocionante porque ese año se debía utilizar carpetas y
los maestros se rotaban con sus horarios, la verdad que la materia matemática
me gustaba ya que la maestra nos ayudaba muchísimo con esas terribles tablas.
Recuerdo mi mama y su esmero para ayudarme a entender las tareas. También me acuerdo
los actos escolares, me gustaba ver los pasillos decorados y llenos de niños
vestidos con su guardapolvo blanco, y las citas azules que utilizaban las
niñas, formados en fila con sus maestras a un costado cantando el himno; además
me agradaban los actos en el que teníamos participación ya sea bailando
“carnavalito” o dramatizando el acto
del 25 de mayo, en el cual nos vestían de dama antigua, no sólo se festejaban
las fechas patrias; el día del maestro, de la familia, del padre y por supuesto
el día del estudiante, eran motivo de celebración en mi escuela; las maestras se
esmeraban por hacer que los actos salieran impecables.
En el quinto grado tenía una maestra llamada
Carina, ella dictaba en la clase una competencia de lecturas y además nos
propuso un reto de elaborar nuestro propio cuento; con mucha creatividad y
carpetas elaboradas de recortes.
Sexto grado tuve la sorpresa de encontrarme con
los talleres de cocina, me gustaba esa hora, ya que nos enseñaba a hacer
recetas muy ricas y aprendí a compartir mis herramientas de trabajo con mis
compañeros. Con mucho esfuerzo y esmero pase a séptimo grado, el último año,
recuerdo el último primer día en la escuela primaria, mis padres estaban
sorprendidos ya que no era de levantarme muy temprano y menos para ir a la
escuela. Debo admitir que ese año no fue fácil el tan solo hecho de despedirme
de mis compañeros y maestras; todo se terminaba la otra nueva etapa comenzaba
con muchos miedos, esos miedos que no me gustaban y que debí superarlos.
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