La palabra sujeto, hace referencia a muchas cosas y es un término
muy frecuente en diferentes campos: la gramática; la psicología; la
filosofía, el derecho, etc. La palabra sujeto transita de alguna
manera por todos esos territorios que, en el ámbito de la educación,
suelen operar de alguna u otra manera, de alguna forma convergen
y en ocasiones se entrecruzan. Entonces aparece el sujeto del
aprendizaje, el pedagógico, el sujeto escolarizado, el sujeto de
derecho a la educación”.
La escuela tiene un gran desafío en cuanto a estos sujetos y es que
todos los niños y niñas estén en ella, aprendiendo y poniendo en
valor las propuestas pedagógicas que se desarrollan en el día a día.
La invitación es justamente ésta: abrir a preguntas que cuestionen
la relación de la escuela, el docente, el niño/a con el conocimiento,
generando condiciones para que todos aprendan, y cada uno sea
considerado desde lo que lo define como sujeto.
Los niños poseen una capacidad de percibir e interpretar de una
manera sutil su entorno y posicionarse de manera crítica respecto a
los modos de relacionarse con sus compañeros y docentes.
No podemos quedar anclados en un modelo escolarizado de la
niñez de dos siglos atrás, la escuela debe romper con la imagen de
homogénea y rutinaria. El mundo actual y su dinamismo exigen
generar propuestas que permitan comprometerse con los niños y brindarles herramientas para el futuro.
muy frecuente en diferentes campos: la gramática; la psicología; la
filosofía, el derecho, etc. La palabra sujeto transita de alguna
manera por todos esos territorios que, en el ámbito de la educación,
suelen operar de alguna u otra manera, de alguna forma convergen
y en ocasiones se entrecruzan. Entonces aparece el sujeto del
aprendizaje, el pedagógico, el sujeto escolarizado, el sujeto de
derecho a la educación”.
La escuela tiene un gran desafío en cuanto a estos sujetos y es que
todos los niños y niñas estén en ella, aprendiendo y poniendo en
valor las propuestas pedagógicas que se desarrollan en el día a día.
La invitación es justamente ésta: abrir a preguntas que cuestionen
la relación de la escuela, el docente, el niño/a con el conocimiento,
generando condiciones para que todos aprendan, y cada uno sea
considerado desde lo que lo define como sujeto.
Los niños poseen una capacidad de percibir e interpretar de una
manera sutil su entorno y posicionarse de manera crítica respecto a
los modos de relacionarse con sus compañeros y docentes.
No podemos quedar anclados en un modelo escolarizado de la
niñez de dos siglos atrás, la escuela debe romper con la imagen de
homogénea y rutinaria. El mundo actual y su dinamismo exigen
generar propuestas que permitan comprometerse con los niños y brindarles herramientas para el futuro.
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